Parece que la sociedad de la prohibición nos empieza a asfixiar, ¡multa por esto, multa por lo otro, multa si vas o si vienes!! ¿Cómo no? Es legítimo si infringes. Pero ¡alerta! Existen límites, mas allá de los cuales, la vida se hace insoportable, y la libertad individual se resquebraja.
Existe un colectivo muy amplio de ciudadanos, por lo general familias al completo, que queremos compartir nuestro ocio y diversión con nuestras mascotas; esos fieles y cariñosos compañeros, que nos acompañan a lo largo de una buena parte de nuestras vidas, son un miembro muy importante del núcleo familiar y no se concibe excluirlos de algunas de nuestras diversiones y actividades.
Todos estamos de acuerdo que ha muchas personas no les gustan los ‘animalillos’ de compañía y respetamos su sentimiento contrario, aunque ¡ellos se lo pierden!
Pero se supone que a los políticos se les podría ocurrir, una alternativa a la prohibición de cerrar las playas a los ciudadanos con tan agradables compañeros, de forma que todos estuviésemos satisfechos.
¿Que mas fácil que acotar zonas de playa para tales fines? Afortunadamente el litoral nacional es amplio y carente de limitaciones.
Los turistas nacionales y todavía mas los europeos, que son fuente económica de primer orden, son muy amantes de las mascotas domesticas, sobre todo ‘perrillos’, por lo que; aunque solo fuera por interés económico; que menos, exigirles que se esforzasen para encontrar una solución mas racional y equitativa.
Un detalle personal sobre la trascendencia de la decisión municipal: A mi esposa y a mi nos gusta bañarnos en la playa, dista 18 Km. del domicilio familiar, este año, ya pasadas las vacaciones, no hemos pisado todavía la arena de playa, ni bañado en agua salada, ni comprado en comercios, ni visitado establecimientos de hospedaje ni restauración. Los sectores que se nutren del turismo (comercio, hostelería, hoteles, etc..) se han perdido algunos clientes en nuestra misma situación.
Las autoridades del municipio son responsables entre otras cosas de la promoción de los negocios de su localidad, y de esta forma consiguen exactamente lo contrario.
Existe un colectivo muy amplio de ciudadanos, por lo general familias al completo, que queremos compartir nuestro ocio y diversión con nuestras mascotas; esos fieles y cariñosos compañeros, que nos acompañan a lo largo de una buena parte de nuestras vidas, son un miembro muy importante del núcleo familiar y no se concibe excluirlos de algunas de nuestras diversiones y actividades.
Todos estamos de acuerdo que ha muchas personas no les gustan los ‘animalillos’ de compañía y respetamos su sentimiento contrario, aunque ¡ellos se lo pierden!
Pero se supone que a los políticos se les podría ocurrir, una alternativa a la prohibición de cerrar las playas a los ciudadanos con tan agradables compañeros, de forma que todos estuviésemos satisfechos.
¿Que mas fácil que acotar zonas de playa para tales fines? Afortunadamente el litoral nacional es amplio y carente de limitaciones.
Los turistas nacionales y todavía mas los europeos, que son fuente económica de primer orden, son muy amantes de las mascotas domesticas, sobre todo ‘perrillos’, por lo que; aunque solo fuera por interés económico; que menos, exigirles que se esforzasen para encontrar una solución mas racional y equitativa.
Un detalle personal sobre la trascendencia de la decisión municipal: A mi esposa y a mi nos gusta bañarnos en la playa, dista 18 Km. del domicilio familiar, este año, ya pasadas las vacaciones, no hemos pisado todavía la arena de playa, ni bañado en agua salada, ni comprado en comercios, ni visitado establecimientos de hospedaje ni restauración. Los sectores que se nutren del turismo (comercio, hostelería, hoteles, etc..) se han perdido algunos clientes en nuestra misma situación.
Las autoridades del municipio son responsables entre otras cosas de la promoción de los negocios de su localidad, y de esta forma consiguen exactamente lo contrario.
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