domingo, 11 de julio de 2010

Las políticas fiscales neoliberales


Esta es una visión personal sobre el tema que encabeza este escrito. Lo podréis ver en: http://www.attac.es/las-politicas-fiscales-neoliberales/ .
Me gusta el tema, pero con alguna contradicción sobre la bondad o perversión de los impuestos.
El nivel de impuestos podría variar en función del ciclo económico en el que se vive. También deberían las empresas en tiempos de bonanza económica estar sujetas por ley a inversiones tecnológicas que mejorasen la productividad, la calidad del producto y el nivel de esfuerzo de sus trabajadores.
No se concibe, que una empresa exportadora, consolidada, solvente y competitiva en su sector, emplee una importante parte de sus costos de elaboración del producto, en mano de obra, con procesos productivos abultados, repetitivos y/o poco eficientes. Así nuestro atributo comparativo con otros países de nuestro entorno es pésimo, se detiene una máquina y deja a varias personas sin trabajo. La relación personas/máquina debe decrecer para poder ser mas competitivos.
Sin embargo, como se indica unas líneas mas arriba la empresa continua siendo competitiva en su sector y ello se debe al bajo coste del capitulo personal.
Aparentemente parece una contradicción la afirmación del alto coste en mano de obra para elaborar el producto y los bajos emolumentos que recibe el trabajador, así pues; ¿Dónde esta la variable oculta que complete el cociente productividad adecuado. 
¡Así es;!, ¡Cierto, lo han acertado! En la variable múltiple de recursos para elaborar el producto, debe tener mayor peso el capitulo tecnología.
Precisamente hoy nos encontramos en una situación paradigmática, las empresas derivaron gran parte de sus beneficios en estos últimos años de euforia a otros menesteres distintos a la inversión en equipos de producción y ahora los esfuerzos para salvar el ratio producción/recursos recae nuevamente sobre los salarios. Emolumentos sociales que han crecido en los años ‘magros’ muy por debajo que los beneficios empresariales.

CONCLUSION: Impuestos; sí, los precisos. Más inversiones en equipamiento, técnica, innovación, formación real y de calidad (no lucrativa), implicación laboral, fidelidad empresa/empleado en (1) ambos sentidos. De esta forma los impuestos crecerán con el impulso de las empresas y el poder adquisitivo de sus empleados; los consumidores y el mercado de trabajo sin duda mejorará.

(1) Es natural en el ser humano aplicar la razón: Siento el acero de como me tratas y veras que resultado recibes.
Hasta hace unos años los departamentos de personal y más tarde los responsables de recursos humanos entendían que la fidelidad nacía en el empleado hacia el empresario. Con la aparición del concepto capital humano parece que han entendido que es un sentir que debe moverse en dos direcciones para que la empresa goce de la comunión de ambos compromisos.

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